Hay que admitir que últimamente está dando fuerte este estilo decorativo y es muy fácil dejarse embaucar por esas casas escandinavas etéreas y casi perfectas que parecen sacadas de otro universo. Yo estoy intentando introducir algunas de estas ideas en la decoración de nuestro dormitorio, así que buscando y rebuscando he sacado estas cinco claves para logar copiar este estilo tan de moda:
Colores neutros, sobre todo blanco
Los colores más claros (topo, gris, blanco) hacen que las habitaciones parezcan más grandes y luminosas, además de que ofrecen más posibilidades para la decoración.
Elementos naturales y mucha madera
El conjunto de los muebles suelen ser de madera; esta está presente en todas partes pero sobre todo en el suelo. Las plantas están bien ubicadas, cerca de la ventana o la luz.
Contrastes de color, pero en pequeñas dosis
A los colores neutros se les puede dar mucho juego con complementos en colores más vivos que no cansen la vista, sino todo lo contrario. La combinación clásica es blanco y negro, pero cualquier color se presta.
Estampados geométricos y animales
Los textiles juegan un papel primordial en la decoración escandinava y los estampados pueden ser la excusa perfecta para alegrar esos tonos más neutros en cojines, alfombras, colchas de cama…
Minimalista y funcional
Ante todo hay que tener en cuenta que no hay muebles innecesarios ni espacios desperdiciados. Todo está pensado al máximo para aprovechar lo que se tiene.
¿Y vosotros cómo veis este estilo? ¿Os gusta? A mí hay ciertos elementos que me atraen, no lo puedo negar; creo que ofrece bastante juego y que se mezcla sin problema con otros estilos como el industrial o años 50.